Plagiadora

Hoy voy a dedicárselo a algo muy especial en mi vida. Es un conquistador, un Don, un Rodrigo (y no, no trabaja en la TVG jajaja). A pesar de ser Don y tener nombre, no es un hombre. Tampoco una mujer. Ni un animal. Él es El Conquistador Don Rodrigo. El cartón de vino que me acompaña todas las noches de miércoles o en su defecto, las de jueves. No está solo. Doña Coca-Cola, símbolo del capitalismo y del consumismo lo acompaña. En su justa medida. Equilibrio cien por cien que se consigue gracias a Doña Jarrita de Leche Medidora (por las noches, cambia su función de recipiente-calienta-leche-de-soja-asquerosa (lo siento....) por ese nuevo nombre). ¡Qué pasa! Sí, hago la mezcla con jarra que marca los litros... pero bien rico que me sale...

Últimamente he descubierto que algunos estudios dicen que ingerir alcohol en poco período de tiempo daña el Córtex frontal y el Hipocampo del cerebro... Al parecer a las ratas alcohólicas de laboratorio sí... ¿Tengo yo algo de rata? ¿Mis momentos Bridget serán ocasionados por ese consumo excesivo de alcohol en poco tiempo? ¿Se me estará constriñendo la materia gris? Pufffff Vamos jodidos ¿no?

Habrá que dejar que El Conquistador Don Rodrigo continúe su andaina de Don Juan por otras gargantas y otra sangre... Vamos a intentarlo (y no, Andreia, no vale pasar de las cuatro Doña Heineken que te bebes ahora a las ocho...) Se trata de no llegar al momento "bolso cencerro".

Diréis, plagiadora ¿por qué? Pues porque en mi vida no hay burbujas en perfecto equilibrio de champán. Hay espumita asquerosa del Orense...