martes, 16 de octubre de 2007

CINCO JOTAS


Así Así, que no se note que estamos posando...

Ya comenté una vez que a mi poquita cosa me hace feliz. Ya comenté en más de una ocasión que pasear por las calles de la capital gallega me hace estar flex, como el anuncio. Ya comenté que suelo dejar un eurito a todos los que que tocan en la calle porque ellos ayudan a que se produzcan esos momentos "paz interior": Jazzman, el arpista etc... Lo que no sabía era que con monedas de cinco céntimos también se podía ser feliz. Pero no son unas monedas cualquiera... Pongámonos en situación.

Rúa do Franco. Bar super pijo que te cagas. Copa de Ribeiro. Él coge una monedita y con su bolígrafo de la autoescuela Santa Eulalia pinta nuestros nombres y los deja en una ranurita al lado de la pared. E eu toda feliz, dicíndolle que cando os dous tiveramos traballo volveríamos a aquel mesmo lugar para ver a moeda e falar das cousas que nos foran pasando. Pero nada de 20 de abril.

Después nos fuimos hasta Orense a tomar tazas de colacao para irnos calentitos para cama a la una de la mañana. Como muy tarde. Pero tuvimos que hacerle una visita a los cacahuetes cuan monos y pensamos un poquito en verde. Luego nos desplazamos hasta el trisquel de madera el cual pudo ser partícipe de mi encuentro "a lo natural" con ese que tiene nombre de marca de ropa. La cosa fue evolucionando. El colacao se volvió turbio y con espumilla. Eran las dos. Como muy tarde. Y ahí añadimos una nueva moneda a la colección. Esta vez con nombre de chica que está dentro de su índice de masa corporal. Y la cosa siguió evolucionando. Hasta las tres... Entre argentinos con acento italiano, ourensanos con acento italiano, italianos con acento italiano y yoncos con miradas lascivas. Y yo, con cinco moneditas en mi bolsillo. Surrealidades Surrealidades. Al final, como muy tarde las siete, punkis con pitillos rojos que escuchaban conversaciones sobre buen jamón.

Pero con todo este rollo quería llegar a una conclusión lógica: las cinco jotas del jamón, realmente no son del jamón, realmente lo que es de buena calidad somos nosotros. Los de la foto. Pero sobretodo o Hippie, porque gracias a él he conocido la noche santiaguesa. Porque me encantan esos momentos Quintana, Albaroque, Casa das Crechas. Hablando del presente, pasado y futuro... Santiago no sería o mesmo sin él. Y él no sería lo mismo sin Santiago. Menos mal que para los azafatos no hay ni Sénecas ni Erasmus. Pero sí hay London 08. No te preocupes, llevaré una maleta con jamón Cinco Jotas para que lo puedas comer cuando estés currando en la super discoteca.

Perdona que no fuera una gran actualización. El colacao deja resaca... y no estoy muy lúcida.

Te quiero Hippie. Y hueles geniiiiallllllllllllllllllllllllll

6 comentarios:

Anónimo dijo...

A Cinco Jotas si que huele nuestro hippie!!


Si es que las monedas de cobre de céntimos no tienen precio....

Mil bikiños de esos pasionales

Laura dijo...

Me encanta!!!!!!!!!!!!!!!!
O único que de verdade quería que pasara na miña ausencia xa está conseguido.
Sede felices e acordadevos de min de cando en vez.
Querovos moito aos dous.

Laura dijo...

Aos tres, que esquecía a Vane. Como non sae na foto, jeje.
Deja que el IMC indice de masa corporal lo estudien las niñas de super modelo e ti dedicate a cousas máis productivas, mon amour.
Besos.

Anónimo dijo...

Pois eu quérovos ós catro, para que negalo...

Anónimo dijo...

Ademas de ahorrar a la hora de pedir un costeira de 80 cent cabe la posibilidad de que te den monedas de 5 cent porque igual no tienen ni de 10 ni de 20. Pero con el de 2 euros, un numero redondo te darian una moneda redonda tambien pesada y muy gorda y no esta esta el mundo para derrochar.
ufffffffffffffffffffff

Anónimo dijo...

Creo que tengo que calcelar operacion jueves y cambiarla por operacion practica a las 830 del viernes.
a ver si chanchullo algo.
mientra muchos besos andre