lunes, 19 de enero de 2009

Viajes

Muchos dicen que el país donde mueren es Cuba. No lo se. Solo se que para mi, el utilizarlos como único medio de transporte de mujer independiente está llegando a su fin. Poco a poco haré más viajes sola en el coche y esos trayectos continuos en el Calpita pasarán a la historia.

Parece un tema tonto pero es que el autobús azul interurbano ha marcado mi vida. En Mondego, era Paradela el que me llevaba y traía del colegio. Recuerdo esperar por la mañana en la parada, al frío y no olvido las carreras hacia el bus cuando sonaba la sirena que anunciaba el final de las clases. Y por supuesto las caídas que me costaron. Luego, en el instituto, seguimos viéndonos las caras todos los días. Hasta que dejó de ser gratuito para los estudiantes de bachiller. Atravesamos esos años nuestras primeras crisis cuando Lucas se marchó a Tombuctú.
Pasó a ser solo el vehículo que nos conducía a la gran ciudad, sin dirigirnos a un lugar de estudio. De compras, al cine... Y como no, el medio que me llevaba cada fin de semana a ver a mi primer "amor". Todavía recuerdo una de las primeras "citas" de la que volvía en el Calpita. Mi tonto grado de enamoramiento hizo que me pasara la parada que más cerca de casa me dejaba. En esos días, finalmente, el azul-bus fue sustituido por el rojo-coche.
Los roces se hacían más intensos. A Calpita no le gustaba que utilizara el transporte privado. Y lo peor llegó cuando escogí el tren para desplazarme hasta la capital. No le gustó nada. Sobretodo cuando temía por mi salud cuando me veía llegar a sus asientos con cara de muerta, después de bajar del tren (lo que Calpita no supo nunca era que no se debía a un efecto nocivo de Renfe, sino a la resaca que me dejaban los jueves santiagueses).
Pronto la relación se recuperó. La época de prácticas en la Praza de Ourense nos unió de nuevo. Corrí. Corrí mucho y muchas veces para llegar a la hora a la estación. No podía vivir sin él.
Y mientras, él evolucionaba. Calpita se tiño de anuncios publicitarios, sus asientos dejaron de estar quemados por los mecheros de la juventud de los sábados. Cambiaron "tapicería", imagen y añadieron sonidos para el intermitente, al mismo tiempo que aparecieron las máquinas para pagar con la tarjeta del transporte metropolitano. Noite Bus. Y el azul mezclado con tonos naranjas y blancos. A un lado, las "en punto", a otro lado las "y medias".

Hoy, una niña rubia, de coletas, me miró desde el Cancela. Sonrió y yo le dije "hola" con la mano. Me lo devolvió. Para ella estarán siendo sus primeras experiencias en este medio de transporte. En el siguiente semáforo, un mini autobús de La Milagrosa llevaba a unos ancianos a un centro de día. Para ellos estarán siendo las últimas.

Y mientras yo paso del Calpita al E-Universidad




3 comentarios:

Anónimo dijo...

grandes viaxes al Baroke q m pegue yo, era fiel a ese bus.
Y ahora con todo ordenadito, seré fiel a tu maravilloso mundo, Bridget! :D

Anónimo dijo...

Crea las historias interactivas que te de la gana, pero por favor, no dejes de escribir nunca

La que sigue sin acordarse de cual es el lado de las y media y cual el lado de las en punto...

Anónimo dijo...

dios, q profundo. Se eu tivera que escribir algo sobre os Arriva, sería unha páxina chea de insultos!


pd: Por certo, nunca che contei porque os Arriva (empresa inglesa), que en cada país utiliza o nome do idem como apelido, en España se chama Arriva Noroeste?