sábado, 14 de noviembre de 2009
Mi vida
Nací en una bonita casa de Sada. Mi calle se llama Serra y mi número es el de la mala suerte. Pero nunca la he tenido. Desde que empecé a crecer, siempre me han tratado bien. Me sentí como una más de la familia.
Eso sí, no puedo evitar mirar atrás y sentir vértigo con todo lo que he vivido. Recuerdo cuando no pasaban los coches por donde yo estaba, cuando el asfalto todavía no había tapado la tierra por donde pasaban las vacas. Esa tierra que también me daba de comer a mi. Los lugares en donde antes había vacas, ahora, en mi casa, hay vino o herramientas de carpintería. Y las palmeras que eran como pequeñas piñas ahora son grandes.
Yo también. Aumenté en altura y grosor. Hasta más de tres metros. Y siempre, siempre acompañado de mi hermana.
Poco a poco, aquellos que me plantaron, fueron desapareciendo. Y aparecieron otros.
Me divertía cuando la niña rubia y su amiga practicaban con la bicicleta cerca de mi. La misma niña que llegaba todos los días del colegio y cruzaba la carretera bajo la atenta mirada de su madre. Creo recordar que fue ella la que lloraba asustada donde yo estaba, el día en que, despistada, se metió algo en la nariz y su padrino la tuvo que llevar al hospital.
Los años fueron pasando y el verde de mis hojas se hizó menos intenso a medida que crecían las arrugas en mi tronco y mis ramas se retorcían. Toda esta vida hizo que ahora sea más débil. Y para mi, ahora, los inviernos son muy crudos. Ayer, en la tormenta, perdí una de mis ramas más gruesas. La niña rubia, ya no tan niña, y su madre, la apartaron de la carretera bajo la lluvia y hoy el barbudo me cortó dos más como prevención.
Creo que aun me queda tiempo. Y hasta que llegue el momento, mi casa será: "la casa amarilla que está después del supermercado con dos acacias viejas delante".
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4 comentarios:
ohhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
es incrible
si ke da vertigo mirar al pasado... para mi demasiado
tengo ke acerte una corrección, esa casa no siempre ha tenido el privilegio de tener el nº de la mala suerte, recuerdo que de pequeño ese honor correspondía a mi familia ;p
una vez mas sin palabras... el arbol... la lo que no es el arbol.
pako
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