Ahora sí. Ahora no. Ahora sí. Ahora no. Los ahorasís son maravillosos. Sentadita en la terraza, con un café calentito, notas cómo el sol te mira y calienta tu cara y tus manos. Nada más es necesario hasta que llega el ahoranó y el frío te congela la nariz.
En la playa, las huellas de los perros y de los visitantes desaparecen con las olas y en el mar, justo en la orilla, cientos de tiburones imaginarios corretean de un lado a otro de la playa cazando pececitos de mentira.
Pero los niños no los temen y siguen haciendo castillos ignorando lo que pasa a su alrededor, colocando mejillones como ventanas y ramitas con algas que imitan la bandera de un reino, en un país muy, muy lejano donde todo es perfecto.
3 comentarios:
sin inspiración...perdona?? Que te den Bridgetandre...
Fdo. Una musa enfadada
Cuantos veranos pasé en esa playa...
A veces la sufrí, pero más a menudo la disfruté.
¿Fuiste a Doniños y no fuiste a San Jorge?
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