¿Qué es?

Hace que se te erice la piel. Que te dejen de crecer las uñas y que la lengua se te contraiga del dolor con cada mordisco. Quieres destruir el mundo, apagar la luna y matar los amaneceres lentamente, con dolor. Asesinar al arcoiris y eliminar el chocolate de todas las casas. ¿Qué es?

Sientes la necesidad de arrancarte la piel a tiras, de cogerte el párpado y tirar hasta que no pueda más. De coger una maquinilla y raparte la cabeza para no salir más a la calle. Te apetece andar cabizbajo eternamente, con un resorte que te una la barbilla con el pecho, por si en algún momento desapareciese ese sentimiento de impotencia y furia. Y te mueres de ganas de mear en los parques y cagar en las aceras preguntándote si se notará la diferencia con la especie que lo hace. ¿Qué es?

Pierdes la memoria y todo desaparece. Tu mejor gazpacho. Tus mejores finales de película, tus momentos cercanos a la felicidad y aquel día que pasaste viendo el mar. Las lágrimas de alegría desaparecen para quedar solamente lágrimas. A secas. Y olvidas cómo se hacía el amor. ¿Qué es?

El azúcar te sabe agrio y el limón salado. El agua es negra y sabe a zumo de naranja. Ves la hierba azul y el cielo verde y las letras que están en tu libro más cercano aparecen del revés. Ininteligibles. Pierdes la noción del tiempo y los minutos parecen horas, las horas días y los días segundos de nuevo. Tus oídos escuchan tan solo sonidos de estridentes despertadores y gritos de discusiones pasadas. ¿Qué es?

Caminas con más fuerza en cada paso, como si en un momento comenzaras a pesar 300 kilos y te miras el cuerpo preguntándote qué te está pasando. Qué es eso que estás sintiendo. Lloras... y de repente te das cuenta: ira es lo que sientes y ya nada volverá a ser como antes.