lunes, 21 de noviembre de 2016

Autopista

Tus cabellos son señales de dirección obligatoria. Los recorro sin prisa, desacelerando para disfrutar el olor que entra por mi ventana.
El campo de trigo se mece en tus cejas mientras pienso qué dirección tomar entre esa nariz respingona y tus ojos. Un cruce de emociones ¿Por dónde continuar?
Un pequeño bache dibuja tu labio superior. Carnoso como la más especial de tu Intimidad. Tu boca, en su conjunto, es un telepeaje hacia aquello que quiero hacer. No hay límites.
Piso las pecas de tu torso, piedrecitas en mi camino. Tus pezones, badenes de placer en los que me detengo.


Próxima parada: tu ombligo.

Fotografía de Isabel Muñoz.

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