Doce horas

Hoy, después de este fin de semana tan intenso va por ella: la cama... Qué objeto tan importante en mi vida, imprescindible, necesario sin en el que, por lo menos yo, no puedo vivir. Nos hacer descansar, soñar, relajarnos, olvidar... Y sobretodo DORMIR!!!! ¿Qué seríamos los seres humanos sin dormir? Dicen que el cerebro es como una lavadora que acumula ropa sucia por el día y que de noche necesita lavarla. Recogemos pensamientos y vivencias y cuando nos vamos a la cama los eliminamos en nuestro inconsciente. Por eso muchas veces soñamos cosas parecidas a algo que nos pasó o vimos mientras estábamos despiertos.
Y para eso yo soy una experta: ¿quién puede soñar que su profesora de Historia es una asesina en serie, inmortal? Yo ¿Quién puede soñar que un científico loco inventa unos robots con sentimientos que resultan ser malvados y reproducirse como los vampiros? Yo ¿Quién puede soñar que forma parte del gabinete de diagnóstico de House y que este viene a cenar a su casa para debatir un nuevo caso de alguna enfermedad rara? Yo ¿Y con una versión de la Momia en la que el que duerme es el protagonista? Pues claro, yo también.
Así que este nuevo comentario se lo dedico a las doce horas que he dormido hoy y al mejor bostezo que se puede producir: el de haber dormido genial. Lo necesitaba!!