Me dirijía a sentarme al calor de una hoguera cuando ante mi, en el suelo, yacía él. Me miró. Lo miré y las llamas que nos rodeaban se hicieron más intensas. Su perfecta figura. Sus vetas. Sus astillas. Todo me cautivó. Lo cogí y desde ese momento de la noche hasta el final fuimos sólo uno.
Pero como en la vida real, mis amores son de una noche. A la mañana siguiente Tronquito desapareció.
5 comentarios:
las historias de amor más bonitas no acaban con perdices...
...pasamos de "No sin mi tronquito" a "Adiós, pequeño, adiós" :(
Nunca me olvidare de su puerquecito de madera... y su gorrito de chapita :'(
oooooooh, que monito, pobre tronquito, amor de una noche, desechado a la mañana siguiente por el qué dirán. En vuestro recuerdo aflorará la ternura vivida en la noche más mágica del año
nunca os perdonaré por no habérmelo presentado...
M
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