Un lugar

Existe un misterioso lugar en donde las personas se convierten en gnomos. Los días empiezan a la una de la tarde y acaban una hora más tarde. El resto, simplemente, no se contempla. Existe un lugar en donde las modelos son todas negras. Un lugar en donde hay manolos en los cuadros y no en los pies. Un lugar tan cerca de Galicia que impresiona lo rápido que se llega a Sudáfrica, aunque las culturas y tradiciones ya se entremezclan en sus pasillos (descansillos más bien) como si allí no hubiera lugar para el apartheid que sí hubo en su zona vecina. El champán sabe a miel y el desayuno no existe.
Y algunas personas entran allí y caen en un sueño profundo del que no pueden despertar. Es como un sueño. Duermen y despiertan en un lugar de madera y muebles blancos con pulpos que recogen fajas de viejas. Despiertan a veces con melodías curiosas: suena un 'ahhhhhhhh pummmm'. O un 'a ver a ver a ver a ver'. Sueñan con Jamaica. Con violines y violas. Con autobuses urbanos de color azul o con libros de gallego y sudamericano.

Pero son sueños tan intensos que acaban con un malestar general. Una mezcla de dolor de cabeza, de estómago y de desorden temporal. ¿Cuánto te debo?, me falta dinero, ¿a qué hora nos dormimos? ¿quién estaba en x sitio? ¿el móvil? ¿cerraste el agua? Y cogemos un coche gris que nos aleja de ese maravilloso lugar, hasta los siete días siguientes, momento en el que la historia se repite.

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