Cuenta la leyenda que en un lugar muy muy cercano había unas criaturas curiosas que no cesaban de molestar. Eran gordas y vestían una capa entre rojiza y morada que las protegía de toda la magia que intentara matarlas.
El invierno era la época del año que más les gustaba. En esta estación, su vida transcurría sin sobresaltos e iban y venían como el agua de un río buscando su siguiente víctima.
Un día, dos de estas criaturas se quisieron mucho mucho mucho y así fue cómo la Señora Saba y el señor Ñon tuvieron a Cito que se instaló cómodamente en el meñique de una rubia.
Al principio, esta rubia esperaba que dejaran sus dedos para irse a un lugar mejor pero con el paso de los días se empezó a cansar del picor y el dolor que le producía la familia así que contrató los servicios de Doctorfril para que los matara de una vez por todas.
Esta leyenda termina aquí ya que de momento, Saba, Ñon y Cito resisten a los malvados planes de Doctorfril. Pero, ¿y vosotros?, ¿queréis que Doctorfril acabe con esta feliz familia?
Basado en nuestras sobremesas del club de lectura de Franz Hohler.
4 comentarios:
El club de lectura de Franz Hohler va a acabar destruyendo la poquita cordura que nos pudiera quedar... además de las ganas de comer cerditos de mazapán...
que tierna historia...
El exterminio mediante tortura de una saga familiar no es motivo de comentarios jocosos ni aunque de entremeses cervantescos se tratase. Estamos hablando de una violación flagrante de los derechos humanos y exijo que le corten la cabeza!!
Este atentado contra los derechos civiles es casi tan trágico e injusto como el conocido caso de la discriminación racial rosálica, en el que se vieron envueltas cienes y cienes de rosas blancas a las que unos desalmados pintaron de rojo.
Al Doctorcín ese... que le corten la cabeza!!! He dicho.
jajajajajajajajjajajajaj Anmistía Sabañoncil: GENIAL
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