domingo, 6 de mayo de 2012

Los que me miran

Es extraño. No se quién soy ni de dónde vengo. Estoy hecho de cientos de capas, cada una colocada exactamente encima de la anterior. En mi ser contengo miles y miles de historias diferentes que hablan de amor, de crímenes o de rivalidades entre reinos. He vivido grandes hitos de la Humanidad y sencillas relaciones de amistad pero sigo sin saber quién soy.
Yo me siento inmortal. Perduro en el paso del tiempo y cruzo siglos y mares llegando a personas de diferentes países y épocas.
Los que me miran se pueden pasar horas y horas junto a mí o abandonarme en la siguiente estación de tren. Sin embargo, si se quedan conmigo les provoco todo tipo de sentimientos. Sentimientos encontrados porque los que me miran lloran, ríen, se asombran e incluso caen en un profundo sueño.
Los que me miran se imaginan un universo paralelo no real. Se imaginan personas, paisajes y situaciones y, poco a poco, se olvidan de lo que les rodea. Ellos mismos no recuerdan dónde están y sufren conmigo, sin importarles, queriéndose adentrar más y más en las tristes historias que yo, a veces, les cuento.
En ocasiones, me abrazan contra su pecho y me pasan de mano en mano, llamándome de diferente forma. Me llaman Tombuctú, me llaman Orlando, me llaman Persépolis, El Quijote, Cien años de soledad o Kafka en la orilla. Me llaman Lazarillo, Galván en Saor, Teo no tren, El enredo de la bolsa y la vida, Los enamoramientos, El labertinto de las aceitunas, A vaca titiriteira y Os libros arden mal. Me llaman A sangre fría. Me llaman Apocalípticos e integrados. Me llaman...

No sé quien soy pero sé que los que me miran seguirán haciéndolo hasta que desaparezca.


6 comentarios:

aurora dijo...

preciosa entrada, si señora.

;)

Chenchu dijo...

Plas, plas, plas!!!

Chicapotingues dijo...

Gracias majos!! :)

Mery dijo...

Y sin saber quien eres te salen hijos (o hermanos o primos, no lo sé) que en lugar de tener capas superpuestas crean tinta como por arte de magia, te iluminan para no forzar los ojos y son más fríos y volubles, pudiendo transformarse en cuestión de segundos y pasar de llamarse La inutilidad de un beso, a Los ojos del dragón, o Memoria de mis putas tristes, o La vida es sueño, o....

La modernización que ataca al romanticismo. Yo sin duda, me quedo contigo, con tus capas, tus olores, tus texturas y tu calor.

M dijo...

VIVA EL KINDDLE!!!!! jajajajajaja

Es bromix... ;)

Chicopintarrajeao dijo...

+1 al del Kinddle.