miércoles, 16 de marzo de 2016

Antítesis del cortejo


Cuando suenas, escucho la savia circulando por las hojas y los tallos de mi cuerpo. No oigo.
Cuando suenas, mi pelo desprende olor a nieve y tierra caliente. No huelo.
Cuando suenas, me haces cosquillas en el tímpano. No siento.
Cuando suenas, el fuego se prende en mis pies y se mete en mis entrañas. Me para.
Cuando suenas, sudo melódicas notas que se mezclan contigo. No exudo.
Cuando suenas, estoy hipnotizada. No estoy. No estamos.
Cuando suenas, soy viento. Soy oxígeno. No respiro.

Y sin embargo, vivo más fuerte que nunca.

1 comentario:

Judith dijo...

Cuantas más palabras desprendes, menos sentido tiene la descripción que haces de ti en el perfil de este blog.