martes, 7 de junio de 2016

¡Qué grima!

Tú me das grima. Tanta grima que no sé describir lo que me sucede. Me das grima si me tocas la corva. Si te trago como una pastilla. Si te araño, con tu textura de papel. Me das grima cuando te rasco con un tenedor. Cuando muerdo la toalla que seca tu triste corazón.

No lo soporto más. Para de dibujar pensamientos de tiza en el aire. Aprieto los dientes. Siento un escalofrío.

Es hora de poner fin a la dentera que me produces.



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