Camino encima de la piedra roja.
De repente, me doy cuenta que mi yo de detrás me sigue acechante y desconfiado. Me persigue caminando diagonalmente. Avanza unos centímetros hasta que se junta con mi yo de delante. No se hablan, no se miran. Tan solo varían su intensidad entre farola y farola.
Comienzan su persecución de forma decidida, con fuerza, hasta que se desvanecen cuando ya casi se van a tocar. Son como dos amantes narcisistas con miedo al rechazo.
Ellos continúan con su juego mientras yo los miro con indiferencia. Sé que no son nada. Que son solo un reflejo de mí. De lo que yo hago.
Si las bombillas se funden, ellos se fundirán con ellas. Pero yo permaneceré recordando que un día me perseguían sin poder alcanzarme.
11 comentarios:
como me gustaría volver a verte...
¡Y a mí desvelar tu identidad anónima! jajajajaja :P
Jo, sólo con un mensaje y ya quieres que me desvele la identidad, que poca paciencia :P
Pues sí, poca paciencia y muchos amigos graciosetes :P
Bueno es que tengas muchos amigos, sean graciosetes o sosetes :p
Ahá.... imagino... sí...
Pero... sigo teniendo poca paciencia para los misterios...
vale, no pretendía que te enfadaras, cuando coincidamos te lo digo, besos
Ay, perdona! No estoy enfadada! Estoy rabiosa por saber quien eres, que es diferente.... pero me temo que me quedaré con las ganas... bicos!
Vale, no perdones nada si te entiendo... Ahora me da que si estás rabiosa por saber, es que debe haber alguien antes que yo haciendo el anónimo gilipollas, que con cuatro chorradas no te puedo enrabietar tanto!
Pd: de todas formas me disculpo que es una quinceañerada lo que estoy haciendo...
Las "chorradas" que dices no me hacen enrabietar. Son las cosas que no dices las que me hacen estar rabiosa jaja.
Disculpas aceptadas. Pero no sueltas prenda.
Ok, me suelto el jersey que hoy sale el sol
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