martes, 23 de febrero de 2016

Muerte

Sucedió. Sucedió aquello que tanto temía.

La odiaba, la envidiaba y la amaba.
La envidiaba porque solo ella volvería a jugar con las sombras, para darles vueltas y enredarlas.
La odiaba porque solo ella a partir de ahora descubriría a los gatos acechando las cestas de los pescadores.
La amaba porque su luz seguiría iluminando las baldosas de los caminantes nocturnos.
Mientras mis sentimientos se revolvían como la corriente que un día circuló, me enfriaba poco a poco.
Ya no volvería a ver a dos enamorados besándose bajo mi falda. Ya no comenzaría mi jornada laboral con el caer del sol.

Pronto me arrancarían de allí, quedando tan solo esos cables que un día me unieron a la vida.
Sucedió. Sucedió aquello que tanto temía.

Primero, un centelleo.
Después, un pequeño chasquido.
Finalmente, oscuridad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Muy bueno me entaron escalofrios de la emocion

Anónimo dijo...

Muy bueno me entaron escalofrios de la emocion